miércoles, 15 de diciembre de 2010

CONTRA LAS CUERDAS



Todo llega. A veces, a destiempo. O como un contratiempo. Esperando lo inesperado, encontrando lo inevitable.
No hay agujas más dolorosas que las que marcan el final.
Esa última bocanada de la pelea sin contendientes, sin vencedores. Aquellas en las que el protector bucal fue un accesorio inútil en la batalla de los silencios. Esos que dicen tanto más que cualquier insulto hiriente.

Porque el querer no besó la lona y se resiste al conteo, que cae como un mazaso. Y se estira una vez más en otro round, y en uno nuevo luego.
Los ojos se van cerrando a puñetazos de verdad implacable y ya no tenemos aquel panorama por delante. Todo está borroso nuevamente, mientras el salitre del cuerpo nos recuerda lo doloroso de esas heridas en cada movimiento. Es ahí que uno puede tender a abandonarse y quedar petrificado, para no sentirlo más. Para acercarse a la campana y manotearla pidiéndo un recreo en esta golpiza sin puños, donde uno choca con uno mismo.
No hace falta un banco para descansar...podrían armar una cama y aún así jamás conciliar el sueño. Aletargar el pensar es una quimera. Tentación química el somnífero...pero tampoco hay receta que garantice que al día siguiente uno estará repuesto.

El murmullo del pullman eleva el volúmen y pide sangre donde no la habrá. A lo sumo, podrán existir el sudor y las lágrimas en este cuadrilátero revestido en algodón.
Las tarjetas quedaron en blanco una vez más. Habrá nuevo retador?




martes, 30 de noviembre de 2010

Magia


Modesto Peñalba amanecía cuando el día aún no lograba desperezarse. Tenía un ritual inclaudicable, sostenido a base de las carencias más que por la costumbre en sí. Ponía una pava entera a calentar mientras se duchaba brevemente para no malgastar la garrafa. Quizás su destino estaba sellado en su nombre.
Pero hubo tiempos peores...cuando el mate no podía acompañarse de otra cosa más que de un par de milonguitas rasqueteadas a algún panadero solidario. Y recordaba aquellos días donde la infusión lo mantuvo en pie más de una vez con su sóla presencia.
Hacía ya seis años que tenía un trabajo estable como pegador de suelas de zapatos en una fábrica de Barracas. Atras había dejado al Termidor como había prometido a San Cayetano aquel agosto de 2006 si conseguía volver a la actividad. Marta, su mujer, aún podía seguir descansando un par de horas más hasta que entrara a la salita del barrio donde era enfermera.

Vivían en una humilde casita de material en Florencio Varela, herencia de los padres de ella. No habían tenido hijos... porque así la vida lo había decidido decía cuando le preguntaban. En realidad, él había estado varias veces preso y difícil que en la comisaría tuvieran piedad por el borracho belicoso una madrugada de invierno. El rigor del servicio penitenciario lo volvió estéril. Y el se convencía de que era justo por todo lo que le hizo sufrir a la pobre Marta en aquellos años de sometimiento al alcohol.

Modesto trepaba al tren que lo depositaba en Constitución y de ahí a patear las cuadras que lo separaban de la fábrica. De 6 a 14 era su horario habitual, aunque a veces podía hacerse de unas extras.

Los sábados se hacía un lugar para despuntar su pasatiempo favorito: la magia. Animaba fiestas infantiles en un comedor vecinal donde depositaba aquello que en la vida le había sido esquivo. Tenía una relación tan cercana con esos chicos, que no se amedrentaban por su 1.85 mt y casi 100 kg de peso. Ahí se transformaba en "El hechicero Modesto". De la nada, surgían flores secas y despegadas bajo la galera de papel canson negro que se había hecho. Los juegos con los naipes también estaban entre sus preferidos.

Pero sin dudas que el acto principal era la aparición del Sr. Bigotes tras las certeras palabras mágicas de Modesto: "Fuchilalá, fuchilalé!". Timidamente, una vez salido de su encierro, un blanco ratón salía caminando sobre la mesa. El presupuesto y el nombre del mago conspiraron para que nunca llegue a conejo....

viernes, 26 de noviembre de 2010

MITADES


Media hora, solamente.

Media hora para que el sol estalle a pleno sobre mi ser en la plaza de la estación.

Media hora para encender el mp3 y encontrarme con un sonido diferente al de las máquinas de la planta. Media hora para abrir un libro que me transporte hacia otra ciudad, otra época, otras gentes, otras vivencias.

Medialunas que se desintegran en mi estómago luego del desayuno de las diez. Ahora es mediodía y me dió mas sed que hambre la verdad. Medio litro de cerveza fresca apagaría los 29 grados declarados por el termómetro. Mientras, tengo un media hora jugando incansablemente en mi boca.

Media hora y media vida la que llevo, si no me bajan del estribo antes. Medias negras lleva la chica que sonríe mientras habla por el celular. Mediocres los que no saben disfrutar del paso de los años sin angustiarse por lo que quedó atrás. Los que viven a medias. Ya se pasó media hora y no hice más que teclear...queda media más antes de tener que seguir trabajando.

domingo, 21 de noviembre de 2010

IMAGEN


Salí de mi para encontrarme. Cansado de bucear en la densidad de miles de idas y vueltas, enfrenté al espejo exigiéndole claridad. La imágen no pudo serlo más. Ahí estaba nuevamente el culpable de todo este embrollo, de los insomnios, de las sienes latentes atiborradas de pensamientos. Ese tipo al cual puedo detestar de tanto y tanto pero de quien no puedo librarme. O si? Cómo seguiría mi vida sin tenerlo adosado in eternum, sin sentir su hostigamiento a diario?

Hablé sin temor a escuchar su respuesta. Ya estaba por demás agotado de tanto verlo ahí altivo...desafiante. Sin ruedos le dije que hiciera las valijas de una buena vez, que íbamos a estar mejor cada uno por su lado, aprendiendo a extrañarnos. Elevó la ceja enarbolando un estudiado gesto sobrador y sin más desapareció de mi vista. Ahora sólo veía los amarillos azulejos del baño y el toallón naranja aún húmedo de la reciente ducha. Sería posible esto o estaba en un estado de somnolencia producto de tantos días mal dormido? Sacudí la cabeza tres veces de izquierda a derecha, un par más de abajo hacia arriba. Todo estaba exactamente igual. Comprendí que, de ser un sueño, este era en extremo extraño. Pensé en anotarlo para desmenuzarlo en mi próxima sesión de terapia. No solamente no hallé con qué sino que, además, me pinche con un alfiler que había quedado clavado en el colchón tras haber cosido un botón la noche anterior.

Estoy en la cama me dije...es una gran noticia! Salté hacia el baño, miré el toallón sin marcas de humedad y me aproximé lentamente al espejo. Atiné a cogotear unos centímetros pero no llegué a tener la certeza de su devolución. Por primera vez tuve algo de temor. Como si aquel deseo se hubiera cumplido y no tuviera chance de ver cómo se seguía poblando mi cabeza de finos hilos blancos, el rostro mutaba de a poco en un ajado mapa y las venas de mis manos se tiñeran de un violáceo como el que mi abuela supo llevar en las suyas.

Resuelto, abordé la cuestión sin más y crucé con mi cara el primer panel del viejo botiquín.

Volví sobre mis pasos y lo hice nuevamente. Una última duda estalló: era realmente ese tipo quien yo creía o el que le hice creer a los demás?

lunes, 5 de julio de 2010

Gloria al 10


En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse...sonará trivial si digo que para muchos lo es una simple camiseta de fútbol. No tanto si se extiende a la casaca nacional.
Algunos tuvimos el privilegio de ver un equipo campeón en México y otro subcampeón en Italia. Con denominadores comunes ambos: un ser superdotado dentro del campo de juego.
No sólo por calidad y técnica sino por el amor y devoción que sentía por llevarla.
Un tipo que dejó de ser un hombre para pasar a ser un mesías del fútbol argentino, llevada su figura al límite de colocarla en un altar blindado, de ser la asociación más cabal entre un apellido y nuestro país.
Un hombre capaz de jugar con lesiones imposibles, de someterse a la más estricta disciplina física si así lo requería, de relegar cuestiones personales con tal de estar presente dentro de la cancha
para representar a su bandera.
A él le debo las únicas lágrimas que ví derramar a mi viejo tras una increíble apilada de ingleses y un revanchismo trasladado a noventa minutos sin trincheras.
Otras menos dulces, cuando se marginó del mundial en el 94.
Claro, más de uno pensará que tiene ínfulas increíbles, soberbia en demasía, poco decoro.
Otros dirán hoy que no tiene méritos suficientes para estar al frente de un grupo, ya que no pudo hacerse cargo de sí mismo. Que en definitiva era tan mortal y falible como todos, es lo que más les duele.
Es evidente que divide las aguas como pocos.
Pero no neguemos esto: hasta hace un par de días, salíamos con la remera puesta y el pecho inflado abrazándonos al deseo de que de una vez por todas pudiéramos torcer años de magros resultados. Y eso no lo generaban los once que entraban a jugar. Venía de la certeza de que estábamos nuevamente bajo el halo de aquél mismo hombre y no había razón para no confiar en que esta vez se nos podía dar.
Ese contagio instantáneo que sucede cada vez que Maradona se suma en un mundial.
Cuando gana, está cerca de ser bíblico. Cuando pierde, es quien camina con la cruz. Sin medias tintas.
Podremos seguir eternamente hablando de tácticas, nombres, preparación, etc, etc.
Yo soy de los que quieren que sea felíz haciendo lo que más sabe. Entregarse por completo muriendo con sus ideas. No tengo dudas respecto a lo que siente por la selección.
Porque él más que nadie, la tiene bien adentro.

miércoles, 26 de mayo de 2010

200...


No se si tenemos ciertamente un sentido de pertenencia, de orgullo por el de dónde venimos. Cada cual tiene un orígen diferente y no voy a descubrir nada nuevo hablando del crisol que es nuestro país. Pero en estos días que han pasado donde más veces se ha cantado y escuchado el himno, donde más cielos se han arrullado en las solapas de miles se ha despertado un sentimiento del que creía que carecíamos.

Ser patriota no es solamente portar un distintivo, obviamente. Sin embargo, se veía un sentir quizás potenciado por el de los demás. Caras que reflejaban la satisfacción por haber sido en este pedazo de tierra donde le tocó nacer o el que eligió para vivir y formar su familia.

No podría haber sido de otra manera nuestra historia. Caótica, apasionada, diezmada y hasta olvidada otras tantas. Somos el aporte de todas las influencias lo que nos vuelve típicos. Porque no tenemos nada típico quizás más que la diversidad. La que se da en la topografía del terreno y en los matices de nuestras pieles. En los acentos de las provincias, las vestimentas, las comidas. Una sumatoria de diferencias que convivieron bastante más armónicamente de lo que podrían haberlo hecho. Hasta los llamados "guetos" abrieron sus puertas al resto de las comunidades porque necesitaron nutrirse de ellas. Coreanos, judíos, gallegos, tanos, polacos, rusos...todos pueden estar viviendo en la misma manzana de un barrio cualquiera. Y eso no es poco.

Si tan sólo nos hiciéramos concientes del potencial que tenemos y no dejarlo siempre en el potencial...otra será nuestra Argentina en su Tricentenario.

Mientras tanto, aprovechemos este sentir patriótico dando lo mejor de cada uno en donde le toque porque una nación se hace grande por su gente en principio. Luego por sus dirigentes. Moreno, Belgrano, San Martín, Pueyrredón...antes se formaron y acuñaron ideales para actuar en consecuencia.

Depende de nosotros el país que tendremos y de velar por ese legado....

martes, 11 de mayo de 2010

El macho argentino


-Qué hacés...

- Hola che, todo bien?

- Todo bien, vos?

- Todo bien viejo, que contás?

- Nada, todo tranqui...con algún quilombo que otro

- Claro, como para no perder la costumbre

- Ponele... la flaca se va de casa.

- No jodas! Pero así nomás? Qué onda?

- Qué se yo! Veníamos como el orto, se le saltó la cadena el domingo porque me enganchó mirándole el orto a mi cuñada y me pegó un par de gritos en la cocina. Justo pasaba el nene...así que la agarré del brazo y me la llevé al cuarto para que Gon no viera eso, viste? Para no quedar como un cagón además. Cuando cerré la puerta la tiré arriba de la cama, la samarreé un toque mientras la puteaba de arriba a abajo. Qué yegua hija de remilputa! Gritarme delante del pibe!

- Y ahí te dijo que se rajaba?

- No...llamó al padre y le pidió que viniera a buscarla. Mi suegro aparte de ser un pollerudo escocés, tiene debilidad por esta turra así que llegó al toque. A mi no me dijo ni A porque sabe que no me lo banqué nunca y hablamos sólo del nene en algún cumpleaños. Si es un cagón además...gallina aparte el muy cornudo! Le hice la cruz cuando le compró el babero con la banda roja. Los colores se heredan de padre a hijo viejo! Mirá si el abuelo se va a creer con derecho a cambiármelo de cuadro!

- Ah, es un reventado como la hija entonces....cómo fuiste a caer ahí todavía no me lo explico. Mirá que te sobraban minas de pendejo...

- Y, uno es un boludo! Mirá que de guacha la flaca era un sol, te acordás? Nunca me rompió las bolas cuando estábamos de novios...si nos fuimos todos a Brasil con los pibes...te acordás?

- Claro hijo de puta! Te la pasaste empernando a la gringa esa en el hotel...los últimos dos días saliste a tomar sol para que no se diera cuenta la flaca a la vuelta jajaja....

- Jejeje, tenés razón! Qué lomo tenía esa rubia! Nunca le entendí del todo lo que decía pero tampoco importaba demasiado no? jajajaj...

- Y al toque que llegamos se casaron no?

- Unos tres meses calculo...a ver, mayo...no. El 2 de junio del 2002 y Gon nació en diciembre...mierda que se pasa el tiempo!

- Seguro pero, digo, al final qué onda con tu mujer?

- Ah, te decía...la vino a buscar el padre. Ese tipo es una lacra! Yo pensé que me iba a tirar una mano en la fábrica cuando me casé con la flaca, ni cerca me quiso el guacho! Fortuna gana! Se cansa de vender esa mierda y me ve a mí ahí, llegando con lo justo. Hasta me parece que lo disfruta!

- Son todos iguales, para mi lo hacen para que las hijas piensen siempre que no va a haber otro como el papi...

- Puede ser, bancá que me suena el célu...Mami, que hacés viejita! Si, paso hoy a las siete más o menos. No, todo bien má quedate tranquila, vos? Entonces hacete unas mila con puré dale? Pero de papa, no el Chef ese eh! Jeje. Sos la más linda vieji...Nos vemos a la noche...besote grande.

- Te decía... viste como son las minas con el padre!


miércoles, 28 de abril de 2010

Un año


Tengo que hablarte, así lo imponen las circunstancias. Sé que esta charla será estéril, como las que no tuvimos a su tiempo. Y tantos silencios entre nosotros dieron como resultado dos extraños entrelazados genéticamente.

Por un momento, sé que existió el deseo de que integre tu patrimonio pero luego me empeñaste a cambio de una mal entendida libertad. Todos somos libres siempre, nada puede atarnos más que nosotros mismos. Pero sentiste que ser padre te quedaba bien y asi fue, hasta que no soportaste las peripecias conyugales e hiciste las valijas. Olvidaste algo importante tras la puerta, un detalle menor a luz de cómo se dieron (o mejor dicho no se dieron) las cosas...

Hoy estoy volviendo a verte sin rostro, porque no lo recuerdo. Además, las pocas fotos que tengo te hacen ver como un gigante sosteniéndome en los brazos.

Pasaste a ser tan etéreo que ahora, donde ya pasó un año de tu segunda partida (por asi decirlo) tu ausencia es similar a tu presencia en el pasado.
Qué hubieras opinado de mis conquistas, cómo hubieras acompañado mis pérdidas...nunca voy a saberlo ciertamente.
La única certeza es que debo intentar una despedida y no se me vienen demasiados sentimientos en este momento. No hay amor, rencor, dolor...aséptico es todo.
Este bloqueo es el que debo romper, para librarme de algo que engendré dentro mío. Un bunker inexpugnable donde residen todas mis emociones para con vos.
Y no tengo la llave, pero te aseguro que pesa..
Voy trabajando para liberar esa carga, como lo vengo haciendo con otras tantas también...pero esta es la figurita dificil se ve.
Mientras tanto te dejo estas líneas hasta que pueda quebrar el bloqueo emocional...por algo debo empezar, así lo imponen las circunstancias.

martes, 13 de abril de 2010

Un martes cualquiera


Martes 13. Afuera, el frío y el colchón de hojas secas sobre las baldosas confirman la plenitud del otoño. Como para confirmarlo, llueve. Esa lluvia que más que mojar jode...da escalofríos y ceban las ganas de haberse amotinado en la cama algunas horas más.
Prendo la radio y el desfile de programas hablando más o menos de lo mismo. Las novedades son iguales para todos. Doble choque en Panamericana, demoras en Acceso Oeste, Palermo se convirtió en máximo anotador en la historia de Boca.
En el fondo no hay nada nuevo...y los locutores terminan en el mismo lugar en el que caen cada vez que coincide el martes con este número: La mala suerte. Como si este día fuera destinado a ser fatídico para cada uno de nosotros. Aprovechan la necesidad de exposición de la gente, que comenta cualquier tipo de contratiempos en virtud de esta nefasta conjunción, apelando claramente al género de ficción en varios de ellos...y siguen adelante con un programa que poco enriquecerá al oyente seguramente.
Recibo un msn de un compañero de trabajo. Nació Pancho, pesó 3.2 kg en parto natural y sin complicaciones...y el famoso martes 13? Actuará selectivamente quizás? Opera mejor en quien cree que algo diferente a un lunes 12 o un jueves 28 podría pasarle?
Talismanes no llevo, la superstición sirvió solamente como excusa para no cambiarme la remera durante la semana de las previas en 4to año...Voy creyendo cada vez más en que uno se construye a si mismo. Desde el estado de ánimo que quiera tener a cualquier otra cosa que desee. Podría haberme levantado gris y ser monocromático con el tiempo. Pero decidí que eso no iba a pasarme hoy...quería estar alerta y receptivo para con las horas que tenía por delante. Que iba a dar lo mejor de mí, mi mejor actitud. Así se me pasara el día languidamente, aprovecharía esos minutos eternos para hacer algo que me guste.
Y, aunque sea como los noticieros de la radio y no tuviera demasiado qué decir, volvería a echar un puñado de palabras en vez de varios puñetazos al aire...

jueves, 11 de marzo de 2010

1er Encuentro Delirante en La Trastienda


Amigos/lectores, amigos y lectores...mañana estaré tocando con mi banda (con su banda también, puedo compartirla!) en La Trastienda a las 21 hs puntual.

A todos aquellos que puedan colaborar con libros y útiles escolares o bien libros para una biblioteca, dispondrán de cajas en el hall de entrada antes de ingresar al recinto. Estarán rotuladas para que sepan que ahí pueden dejarlos y habrá algun alma caritativa que me ayudará con la colecta seguramente.

No los dejen a último momento así no complicamos el ingreso por favor. Mil gracias por la colaboración y nos vemos allá...

PD: insisito, el show de Pampa arranca a las 21.10 PUNTUAL (como siempre en La TrastieAñadir imagennda)

sábado, 27 de febrero de 2010

Esquina olvidada


La desdichada sale a la calle a la misma hora, en un ritual pagano. Habla hasta con las paredes...el problema es que ellas nunca responden.

Mira para ver si reconoce alguna cara, arranca el yuyal que se empeña en aflorar por entre las baldosas, levanta un par de papeles que quedaron recostados en su vereda.

Sólo verla me hizo imaginar su historia: algún hijo que ya se ha olvidado de dónde vino, un marido buscando un trago en el purgatorio mientras se define su última morada. Un pasado imperfecto, sí. Jamás tan sola.

La viejita de la esquina viste un ajado saco color uva, pañuelo negro arriando sus largas canas y un vestido negro con pequeñas flores que, alguna vez, habrán sido blancas. Lleva medias azules que le contienen los dedos que asoman por la punta de las chinelas grises.

Su casa es, por lejos, la más pequeña y venida a menos de la cuadra. Imagino que vivirá con menos de lo justo y que la prioridad dejó de ser la filtración de la terraza, si es que la recuerda.
Una tarde, escuché a una vecina en el almacén diciendo que estaba loca hacía años. No me consta el diagnóstico barrial y, sobre todo, no estoy matriculado para estigmatizar con tal calificativo a nadie.

Pienso que se ha refugiado en sí para subsistir, que cada vez que mira a alguien está esperando una charla que no escuchará bien. Aunque sea la trillada conversación sobre el clima de este febrero tropical podría alegrar su desvencijado corazón...

En definitiva, los viejos suelen ser dejados atrás, como los almanaques y los cepillos de dientes.

jueves, 25 de febrero de 2010

Toda para mí...


Subí los seis pisos en un silencio sepulcral. Eran las ocho de la noche y el movimiento en el edificio parecía ser nulo. Sólo percibía el barullo de mi mente, que no paraba de recitarme aquello esencial por lo que estaba ascendiendo a ese departamento.

Logré domarla en el cuarto piso y respiré hondo una, dos, cinco veces hasta despojarme de esa conversación estéril.

Abrí la puerta y me adentré en el moderno hall. Muy distinto al que usualmente encuentro antes de girar la llave de mi puerta. Claro está que mi dos ambientes tienen sus 25 años de construídos y éste no debe superar el par.

No llego a tocar el timbre que la puerta se abre. Tras ella una figura esbelta de dientes que parecen haber sido enjuagados en lavandina, me sonríe. Percibo que me estaba esperando y que no debe superar los 30 y pico...

Recién nos conocemos y ya flota una energía diferente a la que dejé en la calle. Podría hasta verla si estuviera mejor preparado. Sí alcanzo a sentirla...de eso no me quedan dudas.

Viene después un abrazo entre efusivo y contenedor para, luego, invitarme a pasar. Piso flotante, pocos muebles, un diván, una silla. equipo de música, una helecho para cortar con el impersonal blanco reinante en las paredes. Hay pulcritud en exceso, minimalismo decorativo y carencia de la esa calidez que sólo podría imprimirle alguien que no lo use meramente como lugar de trabajo. Me sorprende este contraste con el espíritu de quien me recibe.

Dos minutos después, un cruce breve de miradas, una complicidad nacida de...mi necesidad? Trato de no pensar demasiado en ello y me sumerjo en la verba, al principio, para luego entregarme mansamente.

Liberado del peso de este día, de los pasados y del pasado me siento confortable como pocas veces. Acaricio la tela con mis dedos mientras busco respuestas que suelen aflorar de mi boca. Puta...cómo no descubrirlo antes! La lucidez deja de hibernar parece...

Al cabo de una hora, habiendo sido esta de total dedicación a mi ser, pregunto por sus honorarios y felizmente me dispongo a abonar.

Será hasta la próxima sesión...

lunes, 22 de febrero de 2010

Optica


Mirando al espejo del baño, la vieja cicatriz de la última filtración en el techo, los azulejos despoblados, la puerta y el toallón colgado. Ningun rastro de mi humanidad. Volví a mirarlo incrédulo y se mantuvo estóica la primer postal. Acaso era obra de algún perverso engaño que me jugaba la luz? Cuál sería el causal de tal distorsión?.

Me fui aproximando cobardemente, como si fuera a engullirme si me paraba de imprevisto frente a él. Esperando dar con mi falso gemelo esta vez, quedé expectante a la derecha del marco. Sentí correr una gélida gota por la frente, que se detuvo al dar con el parquet provocando un mínimo ruido que invadió el silencio de las dudas.

Podría haber desaparecido sin notarlo, muerto repentinamente en una siesta que nunca logré terminar? Diversas conjeturas chocaban entre sí, ninguna tendría chances dentro de los parámetros normales.

Comencé a acercarme con la máxima lentitud posible, contando internamente irresolutos " a la una, a las dos y a las...". Inspiré resignación y esperanza por partes iguales.

Envalentonado, comenzaron a asomar los primeros cabellos erectos, las canas entremezcladas, un par de ojos en franca luna llena y barba de cinco días rodeando carnosos labios. Siguió luego un torso belludo, de hombros redondeados salpicados por pequeños lunares. Una mano se acercaba a la imágen señalando al extraño que aparecía, con quien compartía sí la misma cicatriz en el ojo izquierdo. La recordaba bastante más grande, ahora casi se perdía en la densidad de las tupidas cejas. Podría haber sido un cualquiera hasta que habló y me dijo:

"Si no encontraste al que buscabas lejos estoy de ser el responsable. Yo sólo te muestro al que querés ver. Podrías haberte reflejado así en la primera oportunidad, pero querías dar con el chico que dejaste atrás hace tiempo. Ahora aceptaste tu ser tal cual es, sólo deberías sentirlo así".

Nunca supe si hubo realmente algún sonido en ese cubículo, sólo sé que tomé la máquina y comencé a afeitarme...

miércoles, 17 de febrero de 2010

Suponte que....



...huelgan las palabras. Claro que tienen derechos, como todos, a reclamar lo que consideren justo. Viendo cómo se las maltrata últimamente, tiendo a solidarizarme con su piquete.
Qué decir también de todas aquellas que se utilizan en vano para llenar un silencio que, al fin de cuentas, terminamos extrañando. O las empleadas en negro, para esconder oscuras intenciones.
Exceso de información, verborragia...enfermedades de estos tiempos donde la comunicación trasciende a todos y nos atraviesa en continuado. La discusión del poder de los medios y su tendenciosa manera de llegar a nosotros. La manipulación, el coqueteo con determinado grupo de poder. Oficialistas y golpistas. Ese ir y venir de palabras, epítetos, onomatopeyas termina ya por saturar.

Imaginemos el día en que las palabras digan basta, cansadas del manoseo, del violento ultraje al que vienen siendo sometidas incansablemente: El famoso "digo", cuando es evidente que estamos diciendo... el "boludo" como corolario para cualquier oración, el "nada" o el "manzana" sin mediar explicación coherente...

Palabras que no tendrían que operar en ese momento, se rebelan entonces por las horas extras y el doble turno obligado sin vacaciones pagas. Algunas otras, sin embargo, no adhirieron a tal medida sindical.

El dúo "tipo que" fue el primero en salir del ostracismo, buscando recuperar su viejo trono. Atrás lo siguieron otros aprovechando el revuelo causado por no tener qué decir. Aparecieron el "goma", el "mamarracho" y otros tantos vocablos que dormían con naftalina.

Y todo siguió de la misma manera...la gente usando palabras sin sentido, aquellas que se prostituyeron por monedas con tal de saltar nuevamanente a las tablas del lenguaje.

Porque, viste vos...nada. Digo....tipo quiero decir algo y...manzana que te sale así nomás boludo!






lunes, 8 de febrero de 2010

Pantalla grande


Los días pueden catalogarse según el estado del tiempo (un lunes lluvioso) , por el ánimo (un miércoles de miércoles, valga la redundancia) o por varios ítems más. Paso a contarles entonces mi domingo de ayer, que no pude calificar aún.

Cierto es que el día estuvo balanceándose entre la lluvia y el sol, pero encasillarlo por ese lado sería complicarse la vida y hay cosas más importantes como para hacerlo. También lo inicié con cierto malestar (la lluvia no es algo que me movilice demasiado) pero luego el incipiente cambio climático hizo virar mi humor también. Instalado ya el sol por la tarde, procuré despertar del letargo y me dispuse a lavar el coche luego de más de un mes sin hacerlo (culpemos a las giras, al tiempo, a la falta de tiempo-ganas, etc, etc) Una vez que el móvil estuvo en condiciones, decidí hacer caso a mi voz interior (en realidad al incesante reclamo exterior de la negra) y partimos hacia el cine. Esto sería un plan normal, algo común en una sociedad que cuenta con salas destinadas a tal fin y con gente adepta a entretenerse con tal manifestación artística. Pero no es mi caso.

Amo ver películas pero las butacas y la oscuridad tienen un efecto sedante similar a ingerir un Valium antes de sacar la entrada. De hecho, las últimas películas que intenté ver las terminé de comprender al alquilar el DVD correspondiente. Haciendo memoria, diría que pasaron casi cuatro años desde que pisé la impecable moquette del Belgrano Multiplex.

Llegamos al cine y la cola era de temer. Faltaba apenas media hora para el inicio de la función y los pochoclos ya comenzaban a dar vueltas por entre la gente. Con la entrada en la mano, dimos vuelta a la esquina, acomodándonos en el umbral de un edificio a la espera de la apertura de la sala. Primero me llamó la atención la gran cantidad de gente. Luego, divisar varios menores de 7 años para ver una película subtitulada. Por último, me asombró una pareja con un bebé en brazos pugnando por entrar.

Con el par de gafas prestadas, nos sumergimos en el acolchado asiento para ver "Avatar" en 3D. No recordaba cuál fue la última película que había visto en este formato. Se me antojó que pudo haber sido Jurassic Park pero no estaba seguro. Lo único que puedo aseverar es que quedé extasiado (la película es de una belleza difícil de describir) .

Y yo, negado consuetudinario a meterme en una sala, redescubrí la magia que genera el estar allí. La que hace que dentro de veinte años uno diga "Esa la vi en el cine!" y pueda retrotraerse exactamente al lugar, a la sensación vivida en ese momento único e irrepetible.

Llego a casa. Prendo el aire, bajo la persiana, y echa a rodar otra parte de la película por el barranco de los sueños, pensamientos, las emociones.... Terminó otro día de febrero. Un domingo "memorable"...