miércoles, 6 de marzo de 2013

EL IDOLO

Tarde implacable de domingo. El sol lapidando a quien se le ocurra meterse en su recorrido.
Tribunas desbordantes coreando su nombre. Torsos desnudos exhiben sus facciones a lo largo y ancho de las misma, en forma de banderas o directamente a fuerza de agujas en la piel.
El ídolo se retira y las emociones celebran un duelo incesante, fieles al más exacerbado de los fanatismos. El llanto incontenible para unos, el cántico ensordecedor y el agite del paravalanchas en otros.

"El mudo" Claudio Galarza, dejaba la 5 y las mañanas de entrenamiento en el mismo vestuario donde supo debutar hacía ya casi 20 años. Había empezado a los 17, jugando de 8.
Era un junco de 1.92 mts meciéndose en el verde oleaje, con movimientos impropios para alguien de su porte.
Sabía tanto gambetear y quebrar la cintura, desparramando casacas adversarias a su antojo, como embocar zapallazos de 30 mts gracias a su potente diestra. A los dos años de debutar, pasó a jugar de 10 y ya entonces era el crack del equipo.
Ahi nomás llegó su apodo, luego de una impensada eliminación en primera ronda por Copa Libertadores. Ante la inquisitoria periodística, atinó a tomar la pelota con sus manos y fulminó de un puntinazo el ojo de un fotógrafo, sin mediar palabra.
Supo de entrada que la calentura del momento iba a ser perjudicial para su imágen pública, pero se fue directo al vestuario en silencio. La prensa lo catalogó como "bestia irracional" y otros tantos epítetos similares. Un periodista radial, un poco apiadándose de tanta tinta cargada al respecto, dijo:  "El mudo Galarza  no tuvo puntería durante ni después del partido. El fotógrafo evoluciona favorablemente..."

No volvió a hablar con los medios. En la cancha se limitaba a gestualizar con vehemencia y no había nacido quien se le animara  a reprochar alguna de sus directivas.
En el ocaso de su carrera ni siquiera concurriá a las charlas técnicas. Pero el banco de suplentes no era lugar como  para exhibirlo. Arrastrarlo allí era, para los dirigentes, garantía de tener serios problemas con la barra durante la semana.

Terminó jugando de 5, arrastrando una crónica lesión las últimas dos temporadas y viviendo una situación inédita para la institución: pelear por no descender.
Minuto 92 y en ese córner van todos los caciques, soldados, artillería y hasta la misma marina para anclarse en la categoría.
Después de 20 años, "El mudo" se hace carne en todo el estadio que contempla atónito el espectáculo mientras Claudio Galarza descerraja un agónico "La puta madre que me recontraremilparío" luego de que su frentazo se perdiera al costado del poste izquierdo....

2 comentarios:

helevese dijo...

muy bueno

Marcelo dijo...

Brillante! Delicia para los futboleros y para los que no ejercen también! Dele más minutos a Galarza en este equipo que se lo ganó.