
Enfrenté la circunstancia. Me animaría a decir que fue una actitud intrépida trepar al escenario con tan escasa preparación. No porque sobrara paño, sino todo lo contrario. Debía ser así.
Un tanteo previo me había brindado una leve confianza en las posibilidades. Sin embargo, la noche anterior un miedo me abrazó entre las sábanas. Una estocada primero, otra repetida luego, allí donde ya había conocido el dolor en la carne. Pero había que ser responsable una vez más y no podía dejarme avasallar por el miedo.
Pedí prestado coraje, mirando al cielorraso, prometiendo devolverlo con intereses. Desperté y la sensación pesimista que me había acunado se declaró en fuga.
La mañana siguiente, un agosto en traje de enero iluminaba la casa. Otra masacre ocurría en algún punto del planeta y apagué el televisor para no estropear la escena. Un despertar así merecía la máxima gratitud luego del temor paralizante con que abracé la almohada.
Faltaban horas nomás e intenté pensar solamente en el minuto siguiente, en el segundo que se avecinaba y no en la noche por vivir. Vislumbraba cierta tensión lógica en mis pares, algún morbo asomando el cogote también. Y mucha energía positiva también, escudándome de todo.
Un terremoto interno mecía mis piernas a poco de que el reloj sentenciara el inicio. Recordé esa sensación, semejante a la que sentí cuando tomé el micrófono en los primeros conciertos.
Yo, que me había recluído ex profeso en los parches cuando tocaba con mis bandas en la adolescencia, saltaba de pronto a una exposición desconocida y no buscada.
Pasaron más de diez años ya y hay noches en que uno pierde el oficio, vencido por las circunstancias. Esos momentos donde la emoción es reina y uno sólo puede abdicar ante ella, suplicándole que lo deje emitir la siguiente nota por salir.
Vencidas las dudas, hoy sólo agradezco el impulso que me dieron mis afectos incondicionales y a todos los que, sin conocerme demasiado, me lo hicieron llegar de una u otra forma no sólo para poder resistir sino para disfrutar las dos horas del show del sábado. Será hasta la próxima...