
Tengo que hablarte, así lo imponen las circunstancias. Sé que esta charla será estéril, como las que no tuvimos a su tiempo. Y tantos silencios entre nosotros dieron como resultado dos extraños entrelazados genéticamente.
Por un momento, sé que existió el deseo de que integre tu patrimonio pero luego me empeñaste a cambio de una mal entendida libertad. Todos somos libres siempre, nada puede atarnos más que nosotros mismos. Pero sentiste que ser padre te quedaba bien y asi fue, hasta que no soportaste las peripecias conyugales e hiciste las valijas. Olvidaste algo importante tras la puerta, un detalle menor a luz de cómo se dieron (o mejor dicho no se dieron) las cosas...
Hoy estoy volviendo a verte sin rostro, porque no lo recuerdo. Además, las pocas fotos que tengo te hacen ver como un gigante sosteniéndome en los brazos.
Pasaste a ser tan etéreo que ahora, donde ya pasó un año de tu segunda partida (por asi decirlo) tu ausencia es similar a tu presencia en el pasado.
Qué hubieras opinado de mis conquistas, cómo hubieras acompañado mis pérdidas...nunca voy a saberlo ciertamente.
La única certeza es que debo intentar una despedida y no se me vienen demasiados sentimientos en este momento. No hay amor, rencor, dolor...aséptico es todo.
Este bloqueo es el que debo romper, para librarme de algo que engendré dentro mío. Un bunker inexpugnable donde residen todas mis emociones para con vos.
Y no tengo la llave, pero te aseguro que pesa..
Voy trabajando para liberar esa carga, como lo vengo haciendo con otras tantas también...pero esta es la figurita dificil se ve.
Mientras tanto te dejo estas líneas hasta que pueda quebrar el bloqueo emocional...por algo debo empezar, así lo imponen las circunstancias.